A través de una historia ambientada en aquellos maravillosos años 60 de fervor beatlemaniaco, y contada cara a cara al público con humor crítico, se plantean cuestiones como qué espera la sociedad que seamos en función de si hemos nacido hombre o mujer; o cómo la sociedad, la escuela y la familia, basándose en el concepto de género, marcan límites a nuestras acciones, decisiones, pensamientos y deseos, que nos vemos obligados/as a no sobrepasar aún contradiciendo nuestra verdadera naturaleza e identidad personal, de género y sexual.
En una época en la que la violencia de género ocupa las pantallas de nuestros televisores prácticamente a diario, La Palabra Teatro manifiesta “Hay actitudes que sin ser violencia física violentan a la persona. ¿Por qué se ridiculiza al niño que llora o a la niña que quiere ser bombera?”. Con este espectáculo intentan dar visibilidad a todos los cánones sobre género que nos inculcan desde que nacemos, así como a la violencia de género en todo su espectro.
Un texto sutil, irónico hasta la negrura, que exhibe de forma risueña y demoledora la construcción social del género